El proceso de escolarización de nuevo alumnado para el próximo curso escolar 2014-2015 en Huesca, ha estado marcado, al igual que los anteriores dos procesos, por la desaparición de aulas de educación en infantil tres años. Con el consiguiente enfado de los padres y madres afectados. ¿Quién es el culpable?, el decreto ley 14/2012 y su aplicación sin tener en cuenta la realidad de cada población.
La subida de ratios es, claramente, un método para ahorrar maestros y maestras, sustentada por tanto en una cuestión de índole económica y no pedagógica (de hecho esta subida está amparada en el real decreto ley 14/2012, de 20 de abril de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo).
Todos los esfuerzos realizados por la comunidad educativa, para no saturar las aulas, de momento, no han tenido resultado. El Ministerio de Educación se justifica en este replanteamiento de la ratio, que establece la Ley Orgánica de Educación (LOE), en que no hay estudios que confirmen que clases con menos alumnos impliquen un mayor éxito escolar. Lo que sí está confirmado, es que más estudiantes por aula llevan consigo una reducción del número de profesores tanto en colegios como institutos. Es decir, que hay que gastar menos dinero en contratar profesores.
En los países nórdicos, en Francia, en Bélgica o en los Países Bajos, fijar el tamaño de los grupos corresponde a las autoridades locales o al mismo centro, pero en España se centraliza por decreto y corresponde su decisión en última instancia al delegado de la administración (director provincial de educación).
Expongo a continuación las razones para no concentrar más de 20 niños y niñas por aula.
UNA: Las ratios de personal constituyen uno de los factores más determinantes con respecto a la calidad. Pueden establecerse de dos formas: fijando ratios máximas adulto/niño o fijando un número máximo de niños que pueden estar bajo la supervisión de una o más personas adultas. El tamaño del grupo en el que el niño desarrolla las actividades de aprendizaje determina, en parte, tanto la naturaleza de las actividades organizadas por los adultos como la forma en que estos interactúan con los niños. Los niños son mucho más sensibles a los efectos del tamaño del grupo cuando son pequeños; el número de niños en un grupo influye considerablemente sobre las posibilidades de intercambio e interacción, tanto entre ellos como con las personas adultas.
DOS: Cuanto más grande es el grupo, mayor es la probabilidad de que el niño se pierda y de que le resulte difícil acudir a las personas adultas presentes en el aula. Desde el punto de vista de los adultos, trabajar junto con otros adultos con un grupo grande de niños influye sobre sus métodos de trabajo. Así, compartir con otros la responsabilidad de un grupo grande de niños pequeños puede reducir su capacidad para fomentar una relación individual y personalizada con los niños. Por otra parte, el número de niños en el grupo influye sobre la calidad de la interacción con sus iguales y puede, por ejemplo, ser una fuente constante de conflictos y de disrupción en las aulas y en los centros fomentando la desmotivación y el futuro fracaso escolar de nuestros alumnos/as.
TRES: Al hablar de las ratios se deben tener en cuenta muchos factores. En una situación ideal, en la que el grupo de alumnos es homogéneo, con una situación social similar, rendimiento parecido... aumentar algo la ratio no tendría un efecto perjudicial. Pero la realidad es que los grupos de alumnos son cada vez más heterogéneos, con orígenes muy diversos, situaciones familiares distintas, comportamiento dispar, motivaciones diversas..., y así no se pueden aumentar ratios de forma generalizada e indiscriminada.
CUATRO: Aragón, nuestra comunidad, ha apostado especialmente por una educación inclusiva, aquella en la que todos los alumnos estudian juntos, también aquellos con necesidades educativas especiales -discapacidades o con necesidades compensatorias-. La consecuencia es que los maestros deben atender a alumnos que requieren mucha atención. Lo mismo ocurre con los problemas de disrupción. Con alumnos desmotivados y con escasa capacidad de atención, el profesor invierte mucho tiempo en poner orden en la clase y desarrollar su labor pedagógica y socializadora. Cuanto mayor sea el grupo, más problemas de indisciplina tendrá que afrontar.
CINCO: Hay que hacer hincapié en un grave déficit de nuestras aulas: la falta de espacio físico de calidad. ¿Están preparadas las aulas para acoger a más alumnos, para que todos tengan una visión clara de la pizarra o puedan oír al profesor de forma adecuada? Muchas de ellas incluso no cumplen la normativa, Real Decreto 132/2010 de 12 de febrero por el que se establecen los requisitos mínimos de los centros que impartan las enseñanzas del segundo ciclo de la educación infantil (en el artículo 6 establece un mínimo de 2 metros cuadrados por puesto escolar).
SEIS: Se justifica la subida de ratio en que hay margen de actuación en este punto, en la medida en que la ratio alumnos/profesor de España (8.6) es la segunda más baja de toda la Unión Europea. Obvia descaradamente el estudio base utilizado por el Gobierno, que en España hay una importante dispersión poblacional, abundando por ello los centros rurales con matrículas muy bajas; al hallar las medias nacionales de la ratio profesor/alumno, esta circunstancia puede situarnos en la parte baja de la media europea, pero lo único que viene a demostrar es que se eleva el coste por alumno, y nunca puede servir para aumentar las ratios máximas, o, lo que es lo mismo, hacer que el hacinamiento en las aulas de las ciudades sea la respuesta a la necesidad de mantener la escuela rural. El Real Decreto que publicó el Gobierno no modifica las medias, al no fijar un mínimo por aula –impensable en nuestro país-, sino que modifica las ratios máximas de los distintos niveles educativos. Para conocer por lo tanto nuestra situación con respecto al resto de Europa, es necesario conocer las ratios máximas de los demás países.
En Huesca, con mayoría de escuelas rurales, son minoría las aulas donde podemos hacinar más de 20 alumnos por clase, el ahorro es pequeño en comparación con el daño social que esta norma está provocando. Interpretemos la norma en beneficio de las personas y hagamos las aulas de Huesca, Jaca, Sabiñánigo, Monzón, Binefar, Fraga, Barbastro …más habitables.
Ángel Gállego Ramón.
Secretario Sindicato Provincial de Enseñanza CCOO.