En esta ocasión ha sido el patio del Colegio Pirineos de Huesca el marco en el que se ha desarrollado la fiesta de la Escuela Pública.
Sobre las cinco de la tarde, un grupo multitudinario compuesto por madres, padres y pequeños de diferentes edades se repartía por los diferentes talleres que ocupaban un área extensa; eso sí, siempre a la sombra que este sol primaveral que ha acompañado la jornada picaba lo suyo.
Máscaras, pinturas, juegos y, por supuesto una chocolatada (en la que los afectados por la celiaquía han tenido su lugar reservado) han sido el prólogo a diversas actuaciones de magia, canto y baile.
Una llamada divertida y cordial a la conciencia de los padres para que valoren, en estas fechas de preinscripciones escolares, la oferta educativa que la enseñanza pública supone.
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